Durante las vacaciones es habitual perder el equilibrio. Descuidamos nuestra salud. Comemos más, dejamos nuestras rutinas de actividad física y dejamos de lado nuestro equilibrio interior. En este artículo encontrarás claves para volver a equilibrarte con determinación y disfrute.
Tanto si ya tenías establecidas, como si no, unas rutinas saludables, este artículo te servirá para incrementar tu salud general. La física y la de tu interior.
Estar y sentirse saludable no es un objetivo, es un estilo de vida.
Una piscina no se limpia una vez y ya está limpia para siempre. Tu salud no es algo que se alcanza. Es algo que construyes día a día. Entiéndela como tu estilo de vida. Mantén limpia la piscina y disfruta de bañarte en un agua transparente.
Hay varios aspectos a cuidar si quieres tener equilibrio. El ser humano es un sistema muy complejo. Lo ideal es cuidar de tu salud física y de tu equilibrio interior. ¿Dónde poner el foco? Aquí te lo detallamos:
- Ejercicio físico: El cuerpo es como una antena. Cuando está bien sintonizado se convierte en la base de nuestra salud. Elige aquella actividad física que vaya contigo. Considera que la puedas practicar 3 o 4 veces por semana. Si vives en la ciudad, pasear por el monte quizás no lo puedas hacer con esa frecuencia.
- Alimentación: Nutrir bien el cuerpo nos garantiza salud. Los ultraprocesados son mucho más complejos de digerir y aportan pocos nutrientes. La comida sencilla y poco elaborada es la ideal para tu cuerpo. Además es muy sabrosa. Después de comer algo sano, te encontrarás más liger@.
- Descanso: El cuerpo y la mente necesitan descanso. Asegúrate de dormir lo que necesitas. Elige una hora para irte a la cama y respétala. Deja las pantallas y si es posible pon el móvil en modo avión. Con el ritual de la noche de la app de Mypo, conseguirás cerrar el día y prepararte para un descanso profundo. Te levantarás al día siguiente fresc@ y con energías renovadas.
- Calma y reconexión: Mantén la mente en silencio y las emociones en calma. Practica y entrena estas dos dimensiones. Responderás de forma más equilibrada, inteligente y competente a las demandas del día a día. Es ideal tener una rutina diaria de reconexión. Encuentra aquello que te aporte silencio y calma.
Todo influye en tu salud y equilibrio. Cuidando de estas bases garantizas cuidar de lo más importante. Ahora es momento de ponerse en marcha. Sigue leyendo.
Claves para adoptar una vida saludable, de modo equilibrado.
Seguramente ya haces muchas cosas bien. Valora aquello que ya te sirve y funciona. Encuentra las áreas donde todavía puedes mejorar. Aquí tienes algunas formas de ganar en resiliencia, disfrute y de aprender mientras avanzas.
1. Define en quién te quieres convertir
Todo cambio empieza dentro de ti. Empieza por definir en qué tipo de persona te quieres convertir. Definir tu identidad aporta mucha claridad. ¿Qué hace una persona saludable? ¿Qué come? ¿Cómo descansa? ¿Cómo se equilibra?.
Sé inteligente. Reflexiona acerca de los atributos que tiene tu yo ideal. Dedicar un tiempo a definirte es vital. Escribe aquello que sea más significativo para ti y tenlo a mano constantemente. Sigue puliendo esa foto de ti tan a menudo como quieras.
2. Escribe tu rutina diaria
Detalla en un papel acciones alineadas con la identidad que quieres crear. Ten en cuenta los elementos básicos para la salud.
Es muy útil crear secuencias de rutinas. Mi rutina de la mañana de aseo personal. Mi rutina de la mañana de cuidado de la salud. La rutina del mediodía o de la noche. Ritualizar significa hacer sagrado. Hacer sagrado significa que le doy el máximo valor.
Muy recomendable: crea un calendario con las rutinas diarias y los días del mes. Cuando realices una acción márcala. Al revisar el calendario a final de mes tendrás una perspectiva objetiva de tu avance.
3. Ten un plan B
A veces los días se tuercen. Tenemos menos tiempo o las circunstancias cambian. Define una rutina más pequeña. Quizás con menos tiempo. Piensa en actividades más sencillas incluso simbólicas. Doy 50 saltos y respiro 20 veces profundamente.
Tener alternativas fortalece tu identidad. Continuarás forjando tu salud aunque tu rutina puntual tenga menos intensidad o duración. Tu identidad también se fortalecerá.
4. Mentalízate
Definir y escribir aporta claridad. Ahora es momento de mentalizarse. Es muy útil pensar de forma encadenada: lo primero que haré al levantarme es beber un vaso de agua. Después meditaré o haré mi sesión de Mypo. Después… así hasta cerrar una rutina completa.
Tener claro lo que vamos a hacer ayuda a disipar el caos mental. En lugar de pensar qué hay hoy, ya lo tengo claro. Al iniciar la primera actividad se activarán con más facilidad el resto de actividades.
Imagínate esas secuencias en tu mente. Crea esas rutinas en tu mente. Proyéctalas una y otra vez. Estarás creando ya circuitos neuronales que facilitarán ponerte en marcha. Hacerlo te permitirá vencer las dudas y perseverar con menos esfuerzo.
Haz lo mismo con el plan B.
5. Elige un símbolo o amuleto
Un objeto que te recuerde el cambio que estás planteando. Una pulsera, una piedra o un muñeco de lego. Elige algo que puedas ver a diario y que al verlo te recuerde tu propósito.
A diario observa ese símbolo. Dedica 1 o 2 minutos a conectar con la persona en la que te quieres convertir. Pregúntate para qué es importante convertirte en esa persona. El impacto positivo que tendrá en tu vida. Conecta mentalmente con tus rutinas y secuencias.
Conectar a diario con nuestros propósitos, desvanece el pensamiento desordenado. Aporta dirección a nuestras vidas. La ordena, le da claridad y motivación.
Ayuda mucho crear un espacio de conexión. Elige un lugar de tu casa. Un rinconcito quizás. Aporta fotos y frases que te inspiren. Visita ese espacio a diario como parte de tu rutina. No hace falta crear un altar. De nuevo, lo sencillo funciona muy bien.
6. Prepárate y empieza.
Ya tienes gran parte del trabajo hecho. Es momento de ponerte en marcha. Elige el día en el que vas a empezar. Si hay algo que puedas preparar para el día siguiente, hazlo. Unas zapatillas listas para ir a correr. Una ropa para tu momento yoga. Un espacio limpio para tu meditación…. Todo lo que puedas prepararte, facilitará tu puesta en marcha de tus rutinas.
Asegúrate de descansar bien la noche anterior. Respeta tu hora de irte a la cama. Acuérdate de preparar tu amuleto si decides incorporarlo.
Al levantarte no pienses. Simplemente empieza la rutina que ya has diseñado y que conoces. Empieza por el paso 1 y luego continua con el 2 y así sucesivamente. Vívelo con presencia y con calma.
7. Recoge feedback y mejora tus rutinas diarias
Para ir de un punto A a un punto B necesitamos acción. También necesitamos recoger feedback y aprender. Eso nos permite pulir nuestro plan y adaptarlo mejor.
Adapta mejor el plan a tu día a día. Al hacerlo fortalecerás tu foco en aquello que quieres conseguir. Crece aquello donde ponemos la atención. Te ayudará a quitar aquello que sobre o poner algo que le falta. El aprendizaje continuado es clave para perseverar en tus rutinas.
A veces los ajustes son muy sencillos. Si pongo las zapatillas al lado de la cama es mejor que en la puerta de la casa. O si me dejo la jarra de agua preparada facilita que beber sea mi primer paso. Si ceno algo más ligero me levanto con más ganas de hacer deporte. Observa aquello que te obstaculiza y aquello que te facilita.
8. Olvídate del todo o nada
El planteamiento extremo no suele funcionar. Si somos demasiado exigentes es fácil fracasar en el intento. Se permisiv@. En tu plan, incluye días donde no harás lo establecido. Date espacio. Hacerlo, garantiza que tu identidad sigue reforzándose. Soy una persona que persevera en mi plan.
Si tu rutina es demasiado estricta tu identidad se puede resentir. No hago lo que me propongo, no soy quien digo ser. Pierde fuerza nuestro cambio. Ser demasiado duros a veces es garantía de dejar nuestra inercia positiva de cambio.
Como siempre. El equilibrio está en no ser ni demasiado blandos ni demasiado duros. Piensa que cada vez que cumples lo que te has propuesto te fortaleces.
9. Disfruta del proceso
Los hábitos saludables a veces se entienden como sacrificios. Pero una ensalada está muy rica. Una actividad física puede ser muy divertida. Un proceso de meditación puede ser un momento muy especial.
Entiende lo que haces como un acto de amor hacia ti. También un acto de amor hacia los demás. Cuanto mejor estés, más podrás dar a los demás. Al empezar tus rutinas, vívelas con presencia. Hazlo con cuidado y con atención. Encuentra el gozo en aquello que hagas. Disfrutar es clave para perseverar.
10. Persevera y mantén el foco
A veces detenemos nuestras rutinas. Como no las he seguido durante dos semanas no vuelvo a empezar. Pero recuerda que el músculo tiene memoria. Nunca empiezas de nuevo. Si ya has hecho alguna vez una rutina, queda grabada. Cuantas más veces pases por ella, más fácil te será volver a engancharte.
Si te es muy complicado volver a empezar, hazlo con algo especialmente pequeño. A partir de ahí, vuelve a construir aquello que quieras.
Idealmente, mantén el foco en la persona que te quieres convertir. Revisa semanalmente tus apuntes con los atributos o valores que quieres tener. Aprende y pule tu día a día. Elimina o adáptate a lo que añade dificultad. Si algo no funciona, cámbialo.
En China dicen: hay dos momentos ideales en los que plantar un árbol. El primero es hace 20 años. El segundo es hoy. Siguiendo estas 10 claves, potenciarás tu inercia de cambio.
Si no lo haces tú, ¿quién lo hará?. Si no lo haces hoy, ¿cuándo?
¡Mucho ánimo! Aquí seguiremos dándote soporte en tu aventura.
Más de 20 años trabajando en el mundo empresarial y 15 dedicándose a profundizar en el bienestar y excelencia humana. Trainer en PNL, Máster en Hipnosis, Trance y Cambio Generativo, Coaching, Coaching de Identidad, Inteligencia Emocional, Liderazgo, Cohesión y alineación de equipos... todo muy bonito... pero a destacar: las ganas de poder trasladar todo este conocimiento a cualquier persona o equipo que quiera mejorar su vida.